Editor: Blizzard Entertainment Distribuidor: Vivendi Universal Lanzamiento: 13/11/2008

Contenido, mucho contenido
Si nos ponemos a recordar, la primera expansión de World of Warcraft, The Burning Crusade, ofrecía a los jugadores una parte de la historia bastante desconocida para la gran mayoría. Pocos sabíamos quienes eran dentro de la historia de Warcraft los Draenei (una de las razas nuevas de la primera expansión), sus razones y mucho menos, como eran capaces de entender los ritos de los chamanes, una clase del juego que en World of Warcraft era exclusiva de la Horda.

Tampoco entendían como era posible que los Elfos sangrientos fueran capaces de controlar la luz de los paladines o por qué había llegado el momento de ir al nuevo continente Terrallende, lo que en otra época fue Draenor, el antiguo mundo de los orcos.

Los jugadores no lo sabían, porque la realidad es que no estaba explicado dentro del juego y no había mucha información, aparte de en la web, en las novelas de World of Warcraft o, claro, en Wikipedia, sobre estos puntos de la historia. Tampoco entendíamos en su momento como los Draenei era antecesores de los llamados Lost Ones, una raza de criaturas que habíamos visto en las zonas avanzadas de World of Warcraft y que en realidad, solían ser enemigos.

De esta forma, la primera expansión de World of Warcraft era casi como un universo aparte que a modo de juego aportó una gran cantidad de material lleno de fantasía, pero que en realidad no se centraba exactamente en la línea argumental de la saga.

En The Lich King, los desarrolladores consiguen dos objetivos. Por un lado sigue la línea argumental de la serie Warcraft, ya que Arthas o mejor dicho, el Rey Exánime se despierta de su letargo iniciado al final de Warcraft 3: The Frozen Throne. Por otro lado, ahora los jugadores van a conocer de verdad la historia que se desarrolla en la expansión.

Blizzard arranca con la espectacular introducción del juego. Mediante el recuerdo de dónde viene Arthas y en lo que se ha convertido, además de lo que nos depara el futuro, nos queda algo muy claro: quién es el absoluto malvado de esta expansión y sobre todo su increíble poder y sus huestes, en este caso, no muertos.

Para conocer el resto de la historia, lo que hace Blizzard es ir contándola mientras jugamos. Cada misión que hacemos nos va relatando esa historia. Cada cambio de zona tiene sentido dentro de la historia global y, lo mejor, las instancias no son algo aparte.

Es más, por fin Blizzard ha encadenado muchas de las misiones para que acaben en las instancias, con lo que finalmente tendremos una conexión directa entre lo que son las misiones normales y lo que son las instancias, los grandes desafíos del juegos.

Por último, Blizzard ha introducido otro cambio muy interesante en las misiones y es que podremos ver como en algunas, el escenario también cambia y evoluciona mientras nosotros avanzamos en la historia, lo que da como resultado un espectacular marco para disfrutar de la historia de Wrath of the Lich King.

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